La pandemia nos sorprendió a todos de un momento a otro, llevándonos a cambiar nuestra modalidad estudiantil y de vida por completo. Pues todo lo que hacíamos presencial y físicamente tuvimos que modificarlo y acoplarnos a la tecnología y al aprendizaje virtual. Un cambio que para muchos fue favorable, pero para otros ocurrió todo lo contrario. Sobre todo para los colegios que al regresar a la modalidad presencial; notaron que muchos de sus estudiantes tenían falencias en la educación.
Falencias en la educación tras el aprendizaje virtual
Con el regreso a clase hubo una ansiedad por parte de los colegios por volver al ritmo académico. Con esto, muy pocos hicieron el ajuste de retomar a la rutina diaria; haciendo un adecuado acompañamiento tanto a los docentes como a los estudiantes.
Las instituciones educativas buscaron la manera de incluir estrategias en sus metodologías de aprendizaje. Pero para los niños, niñas y adolescentes el cambió se vio de manera brusca emocionalmente; por lo que pocos profesores se preocuparon por hacer un acompañamiento emocional que ayudara a entender la realidad de los niños durante esos meses.
Si bien ha sido un aspecto benéfico y con gran aporte cada uno de los avances tecnológicos. También se ha convertido en uno de los retos más grandes para los estudiantes y mismos educadores; pues se han tenido que adaptar de nuevo a la realidad.
Brechas digitales en la educación y sus falencias
Dentro de las falencias que ha dejado la virtualidad ha sido las brechas digitales; en el instante en el que muchos colegios descubrieron que no todos los estudiantes tenían las herramientas adecuadas para los materiales.
Pero eso no fue todo. Otra de las grandes preocupaciones fue la falta de interacción física en los estudiantes; quienes se volvieron mucho más solitarios en su día a día. Teniendo en cuenta la importancia del contacto físico y de las experiencias de los pequeños en los colegios; principalmente cuando están desarrollando sus personalidades y relaciones con otros niños de su edad.
Al igual que la poca diferencia que tenían entre su hogar y sus espacios educativos: convirtiéndose sus casas en aulas de clase, lo que impide que los estudiantes diferencien estos escenarios de descanso y de aprendizaje.
En cuanto a las instituciones educativas, presentaron una gran falencia al tener menores oportunidades para evidenciar afectaciones y trastornos emocionales. Pues al no estar físicamente con los estudiantes los profesores no podían notar en claridad los comportamientos que presentaban en las clases. Sobre todo, si se llegaban a presentar algunos casos de intimidación o ciberbullying, donde las cabezas de los colegios no tenían claridad de lo que sucedía.
Seguimiento en convivencia escolar
Sin embargo, desde Sistema Saberes, contamos con un módulo de gestión de convivencia escolar llamado ‘Huellas‘; el cual nos permite hacer el respectivo seguimiento de cada uno de los casos. La plataforma pone a disposición a los colegios un espacio para realizar el debido acompañamiento a los integrantes de la comunidad educativa. Promoviendo el cuidado y previniendo las intimidaciones en las aulas una vez ya se esté en modalidad presencial o virtual.
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